domingo, 21 de febrero de 2016

Se me muere una sonrisa...

Qué triste es tener que robar una sonrisa. Peor aún que tener que mendigarla. Es lo que yo suelo llamar la felicidad amarga. Pocas son las personas que se dan cuenta que, a diario, regalo lo que no tengo. Triste es pensar que, quizás, me están pensando con tristeza o, peor aún, que ni siquiera me piensan. Si por el contrario me piensan felices, más infeliz me hacen por no poder compartir juntos ese sentimiento. Sentirse un menesteroso de caricias no es nada grato, tampoco lo es tener miles de abrazos no otorgados. Es por ello por lo que trato de regalar sonrisas a diario. Porque ya no me cabe más amor en la despensa. Prefiero regalarlas a desconocidos antes de que se me pochen y acaben provocando mal dolor. Sí, es demasiado triste tener que robar algo que no cuesta nada y que, a su vez, tiene tanto valor.
Sonríeme una lágrima mientras se me muere una sonrisa más.

lunes, 15 de febrero de 2016

Diferencia entre poesía y música.


Para mí, poesía es pasear por la orilla del mar bajo la lluvia. Es contemplar los ocres colores del otoño, el cantar de un río, el crujir de las hojas secas bajo tus pasos. Poesía es ver sonreír a tu pareja mientras la observas a hurtadillas, es ver al sol acostarse mientras las aves alborotan despidiendo el día.
La música es otra cosa, es acostarse, cerrar los ojos y con tus manos, en silencio, contarle a la piel de tu pareja todo lo que sentiste con la poesía....

lunes, 8 de febrero de 2016

Puedes pensar que te amo...

Puedes pensar que te amo por las cosas que te digo o por las que hago. Mas jamás sabrás realmente lo que te siento, a pesar de que miras con mis ojos y hablas con mis escritos. Es rico nuestro idioma, conozco muchas palabras. Podría intentar bosquejar ese sentimiento pero tengo un gran problema, no sé pintar. No podría pintar ni el color ni el sonido del mar. Jamás podré pintar la sonrisa del sol, ni al amanecer ni al encamarse. ¿Qué color ponerle a la brisa? Me faltaría paleta para describir otoños y primaveras, árboles, flores y ríos. Sí, puedes pensar que te quiero, pero jamás cómo ni cuánto porque no sé pintar el canto de la tórtola ni el vuelo del jilguero... Eres aún lienzo en blanco, mezcla de lino y algodón. Mis palabras aún pelean en mi corazón, esperando que mis pinceles sean capaces de convertir un verso en arco iris.

lunes, 1 de febrero de 2016

A oscuras, en mi jardín...


Tengo flores que, a escondidas, riego todas la noches. 
Ellas no lo saben, pero mi memoria las huele en la oscuridad.
Los raíles cruzan mi espacio, silenciosos, en recta línea,
perdiéndose en el infinito, entre nubes atormentadas.
Mis preciosas flores temen al tren, les asusta el ruido,
pero no se dan cuenta que soy yo el maquinista,
que nada deben temer, que son mis lágrimas
las que todas las noches les doy de beber.
A oscuras, en mi jardín, cruzad la puerta,
os espero, en vía muerta...