domingo, 20 de julio de 2008

Feed back


En casi todos los momentos de mi vida he sido vehemente, fogoso, desmesurado e impenitentemente atento a mis impulsos. Tales rasgos me han proporcionado muchos duros golpes. Al borde de elecciones conflictivas siempre tendí a elegir el camino menos fácil, que no siempre fue el mejor. Poca veces sentí verdadero miedo, más por falta de sentido común que por auténtica valentía. El riesgo asumido, y sólo hasta cierto punto calculado, me llevó algunas veces al borde del naufragio, pero otras, las más, al puerto que buscaba.

Siempre obedecí con mejor disposición a mis instintos que a mi sentido común tal vez por eso fui más feliz y también sufrí mucho más.

Ahora desde la atalaya de mis tan apurados años echo una mirada atrás y contemplo el camino recorrido que, una vez puesto en la balanza, se inclina más hacia lo positivo, aunque también lo negativo ha sido pagado a precio de oro.

Estoy empezando a sentirme en paz.

1 comentario:

  1. Me alegro de que tu balance sea positivo y casi tanto me alegro de que escribas tan bien.

    ResponderEliminar

Por favor, antes de hacer tu comentario piensa que lo pueden ver niños, aparte de que puedes destrozar mi ego. Así que te ruego te abstengas hacer comentarios obscenos. Gracias.