Nunca creí en los milagros pero siempre pedía ser abrazado, amado, escuchado y sobre todo, sonreído. Sigo sin creer en los milagros pero hoy soy amado, escuchado, abrazado y sonreído. Todo ello milagrosamente conseguido.
Por favor, antes de hacer tu comentario piensa que lo pueden ver niños, aparte de que puedes destrozar mi ego. Así que te ruego te abstengas hacer comentarios obscenos. Gracias.
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