La característica principal de mi mente es precisamente su constante modificación: todo cambia a cada instante según la experiencia; cada experiencia nueva se suma al conjunto general de nuestras experiencias y nos obliga a redistribuir todos los elementos del sistema.
Esta redistribución es mayor o menor según la magnitud o la importancia de la nueva experiencia, pero cada nueva experiencia, por nimia que sea, produce un cambio en la totalidad de mi sistema.
¡Ojú!
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