viernes, 28 de noviembre de 2008

Cuestion de luces

Iba caminando por mi noche cuando de pronto me iluminó una luz traicionera. Todos los noctámbulos pudieron ver mi cara. Me sentí desnudo e indefenso. Sin poderlo evitar me puse a gritar:
- ¡Por favor, apaguen la luz!
No quiero que nada me ilumine. Soy feliz en mi oscuridad. Yo no veo pero tampoco me ven a mí. No necesito la luz del sol. La luz que me alimenta la llevo dentro de mí. Sólo yo la veo y la siento. ¿Para qué quiere la luz un ciego?
Soy un invidente que todo lo ve. Simplemente utilizo el tacto en vez de la vista. Prefiero abrazar y sentir a alguien que verlo. Todos los días puedes ver a mucha gente, pero ¿cuántas veces puedes abrazar a ese ser querido que se escapa de tu mente?

1 comentario:

  1. No me cabe la menor duda de que eres una persona muy lúcida.
    Acabas de ganar una amiga.
    Un abrazo de Lucía.

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Por favor, antes de hacer tu comentario piensa que lo pueden ver niños, aparte de que puedes destrozar mi ego. Así que te ruego te abstengas hacer comentarios obscenos. Gracias.