Con arena en los pies
y el mar, bajo los párpados.
Los sueños, idos al horizonte
y su nombre, hincado en la razón.
Su pelo reclamando mi interés,
sus labios continúan anhelados.
Su voz, de la mar al monte,
su mirada, su sonrisa, una invitación.
Con arena en los pies
y el mar, bajo los párpados.
Ojalá su mañana, sea mi ayer.