Desolados quedaron los Magos de Oriente al llegar al pueblo y no encontrar niño alguno por ningún lado. Escuelas y parques estaban desiertos, no entendían nada. Habían hecho un duro trayecto de miles de kilómetros en balde. Desolados, preguntaron a un abuelete sobre el motivo por el que no había niños en el lugar, por qué los columpios estaban vacíos. El abuelete les contestó:
- Pues que poco antes de llegar ustedes vino el Flautista de Hamelín.
Compungidos, los Magos abandonaron el pueblo, dejándolo lleno de juguetes a merced de las ratas...