Y
llegó amarzo, con sus nieves y sus pingüinos. Un mes en el que
llegaremos a sesenta, a dos y a treinta. Un mes de cine, en el que
volveré a cantar aquello de "Si te dijera amor mío que temo a
la madrugada... y escucharé lo de "eres más bonito que un...de
palo". Un mes en el que celebraremos, en el mismo día, a padre
y madre. Amarzo, la primavera tardía, la nieve fría. Un mes en el
que volverán a gritar las mujeres, como siempre de manera especial,
en la libertad enclaustrada de un domingo que cae en sábado. Amarzo,
cera e incienso, tambores y devoción, palcos y caramelos, pipas y
chicles. Amarzo, con la saeta el cantar a la procesión que por
dentro llevo. En definitiva, amarzo, el mes de las velas. habrá que
despabilarse...
ACR