Mi
caseta no tiene farolillos de colores,
sólo
millones de brillantes estrellas.
No
suena en ella las típica sevillana,
se
baila al son de las tórtolas en la mañana.
El
suelo no es del típico albero,
está
lleno de flores multicolores.
Es
de uso particular, pero entra la mar enfrente.
De
lunares no tiene las cortinas,
la
luna y el mismo sol las iluminan.
La
calle del infierno la tengo en la orilla.
Un
paseo, a pies mojados, divierte mis huellas.
Mi
feria, mi caseta y café solo.