Ella...

Anoche, estando en una discoteca, entimismado, levanté unos segundos la mirada y la vi, sentada en una mesa cercana. Era una preciosa chica morena, vestía de negro y lucía una bonita sonrisa y un mirar elegante. Aún no sé de dónde saqué el valor para acercarme e invitarla a bailar. Ella negó, con educación, diciendo que estaba algo cansada. Desilusionado me dirigí a la barra y le dije a la camarera: - Póngame una botella de ron y un vaso, por favor. A lo que ella me contestó: -Lo siento, señor, la barra ya está cerrada. Eran las 5 de la madrugada, fuera hacía frío y llovía amares, mas no quedaba otra. Tenía que marchar y no se veía cerca taxi alguno, así que no me quedó más remedio que lanzarme a los charcos y ponerme a cantar...