Felicidades, Nuria

 

Pues hoy, mi último génita, cumple sus primeros 32 añitos. Tiene ya hasta novio formal...

¡FELIZ EDADES!

Dánzame...

 

Niño sin ídolos...

Esta madrugada, abrigado por el viento, la lluvia, música y café, me fui a dar una vuelta por mi yo. Ya llevaba varias noches haciendo lo mismo, de manera inconsciente. Esta noche me di cuenta de lo que me rondaba. Haciendo memoria resulta que yo de niño nunca tuve ídolos propios, si acaso los imbuidos por hermanos mayores. Me gustaron siempre los deportes, pero jugarlos, nada de verlos. Casi nunca me he puesto un chándal o zapatillas de deportes, sólo cuando me obligaban en el colegio. Cierto es que veía películas y leía montones de libros, pero jamás tuve ídolos. Los juguetes tampoco me hacían mucha ilusión. Disfrutaba más enderezando puntillas en la carpintería de Eugenio. Por cada cuatro me regalaba una y algún palo para hacerme algún invento. Mis padres magos me traían montones de escopetas pero yo disfrutaba el triple haciendo mis pistolitas con las pinzas de tender. La música siempre me atrapaba, sin fanatismo, lo que me hacía crecer en ella sin anclarme en ningún estilo. Curioso empedernido. Tampoco creí nunca en banderas ni credos. Hoy, a mis agostados 64 años, sigo igual. Amo la música y a diario busco cosas nuevas. Paso de mundiales y de televisión. El 80% de mis muebles los he hecho yo y la furgo es la 7ª que camperizo con mis propias manos, aprendiendo a base de errores. La radio me permite viajar por esos mundos a través de la música. Escucho docenas de versiones diferentes de un mismo tema. Amo sobremanera las inclemencias del tiempo, la lluvia, viento, truenos... Sigo siendo niño, con mis conflictos edípicos. Sólo admiro a la Madre Naturaleza, su inmenso amor y su capacidad de perdonarnos. Seguiré siendo niño, al menos hasta que consiga escaparme de este mundo de hombres e ídolos que nunca entendí...

Deseando coger carretera y manta...