La reina estaba desolada, la colmena era cada vez menos rentable. Los zánganos ya no querían ni copular, pasaban la mayor parte del día en el libar, jugando al mus. A las obreras sólo les gustaba el polen marroquí y se negaban a alimentar a la reina que se estaba quedando en las alas. Ya desesperada consultó a Mauricio Colmenero y éste le dijo:
- Yo veo la cosa chunga, majestad, hay demasiadas celdas vacías. Para colmo están siendo ocupadas, en su mayoría, por las asiátiKas que a su vez se dedican a construir celdas turísticas que alquilan a altos precios a garrapatas y a especialistas de mieles rápidas chinas. Corre usted peligro.
La reina, asustada, reunió a los zánganos y les gritó antes de partir:
- Me voy triste, veo que el pueblo no me quiere pero una cosa os voy a decir,
¡SERÉIS HIEL SOBRE HIJUELAS!
Al poco abandonó la colmena pidiendo asilo a Nueva Zelanda Díaz que no dudó un instante en ordenar decapitarla ya que, según dijo, sumar no era el Mediterráneo…
Cualquier parecido con la realidad es meramente intencionado.
PD.: La colmena hoy sólo está habitada por guiris y en los bajos hay
¡UN MENCABRONA!