sábado, 6 de julio de 2024
Las que nunca me escribió...
Desde el otro lado.
Permitidme unas palabras para hablaros de algo que he experimentado esta semana. Mucho se habla, y poco se entiende, sobre cómo se sienten las personas que tienen alguna discapacidad. En este caso me refiero a las personas problemas auditivos y a la importancia del Lenguaje de Signos. He convivido con unas cuarenta personas sordas, de ambas sexos, con edades comprendidas entre los diez años y las coetáneas. Convivir con tantas personas sordas hacen que yo, siendo oyente, sea el verdadero sordo. Ellos se entienden a la perfección en Lengua de Signos Española (L.S.E.), mas yo apenas me enteraba de nada. Tenía que poner especial atención para vocalizar bien y despacio. Había gente sorda de nacimiento, otros oían algo a través de audífonos o implantes cocleares.
Con el interés de todos conseguíamos entendernos bastante, al punto de poder contarnos chistes o hacer juegos. Sólo era cuestión de poner ganas y atención. Realmente este es el lenguaje inclusivo verdadero. En España hay actualmente más de 1.100.000 personas sordas, que se sepa… A saber cuántas más hay no censadas.
Había niños que parecían vivir siempre enfadados, esos niños que, aparte de los problemas familiares y físicos, no se sentían comprendidos por otros niños ya que es frustrante no poder oír ni expresarse. Apenas les dedicaba unos minutos de atención conseguías sacarle unas sonrisas encantadoras.
Anoche me despedí de ellos, hasta la próxima, en el lenguaje más inclusivo y universal que hay, EL ABRAZO. El abrazo de verdad, el lento y sentido, el que te hace sentirte abrazado abrazando.
He vuelto a casa mucho más sensibilizado que antes y prometo aprender L.S.E. ya que no deja de ser un idioma más y encima yo también me estoy quedando sordo.
Eternamente agradecido a los voluntarios de Comunicados y a todos y cada uno de los participantes del IV CAMPAMENTO INTERNACIONAL DE SURF EN LENGUA DE SIGNOS.
Álvaro Caputto Ruiz