Siempre me he considerado un solitario, pese a que me gusta la gente. Soy, por regla general, muy optimista y arrojado, más por inconsciente que por valentía en sí. La vida hay que vivirla, darle sentido porque realmente ésta carece de sentido. Nunca he pedido una vida fácil pero siempre he procurado hacerla grata. Nunca soñar con imposibles y siempre procurar disfrutar de lo que tenga, aunque lo tenga que tunear a diario. No, no me aburro. Con lápices de colores se crean bonitos paisajes pero los versos sentidos se escriben con el lápiz de grafito de toda la vida, incluso las más bellas partituras. Últimamente me encuentro algo cansado. Harto de abrir la prensa y sólo ver horrores de guerras, incendios, maltrato a los animales y a las personas. La televisión la pongo unos 30 minutos a la semana, si acaso. Todo es un enfrentamiento continuo, todos preocupados por llevar la razón pero carentes de empatía. Yo necesito poco para estar en paz, una playa tranquila, a veces serena, a veces brava. Un río, un paseo en bici, una puesta de sol o un amanecer café en mano. Un encuentro con viejos amigos, los de toda la vida, esos que no envejecen pese al paso de los daños. Remover los recuerdos con cariño, suavizando lo negativo..
Empiezo a estar cansado de tanta estupidez humana, de tanta sangre y hambre. Echo de menos el abrazo sentido, o el espontáneo, una compañera de huellas, las huellas de la compañía. Nada me gusta más que perderme, no odio las prisas pero no me gustan. La maresía pegada al mirar, siempre curiosa, atenta. Sí, llevo un tiempo algo cansado. Hoy estoy cansado, demasiado cansado…
Triste...