La lluvia siempre me hace soñar, revivir tiempos gozosos. Me hace volver a los charcos de la niñez, a los paseos por los embarrados campos acompañado de los perros. La lluvia me huele a chimenea y pimientos asados, a piel deseando ser abrazada. La lluvia siempre da más de lo que quita, limpia las penas de la cara salada. Lo mismo apaga fuegos que los enciende. La lluvia me calma y si la acompaña un temporal, me enamora...
Tus besos mojados.
Tus besos mojados.