Pobre niña mía que aprendió a andar cogida siempre a mi mano.
Pobre niña mía que aprendió a hablar cogida siempre a mi mano.
Pobre niña mía que aprendió a leer cogida siempre a mi mano.
Pobre niña mía que sólo se dormía cogida siempre a mi mano.
Pobre niña mía que descubrió el mundo cogida siempre a mi mano.
Pobre niña mía que un día, al fin me soltó la mano.
Desde entonces, pobre niña mía
¡ANDO ROTO Y PERDIDO!