Pobre niña mía que aprendió a andar cogida siempre a mi mano.
Pobre niña mía que aprendió a hablar cogida siempre a mi mano.
Pobre niña mía que aprendió a leer cogida siempre a mi mano.
Pobre niña mía que sólo se dormía cogida siempre a mi mano.
Pobre niña mía que descubrió el mundo cogida siempre a mi mano.
Pobre niña mía que un día, al fin me soltó la mano.
Desde entonces, pobre niña mía
¡ANDO ROTO Y PERDIDO!
1 comentario:
siempre mirando hacia el futuro,
con enormes deseos de leer y conocer mas. me gusta lo que escribes. regreso por aqui nuevamente saludos desde mexico,.D.F.
Publicar un comentario