Sí, tengo demasiadas cosas que olvidar, muchas más que para recordar. No habrá más roldaneos, ni cositas buenas, ni gelatos, ni piscina, ni playa, ni paseos por los Villares, ni brillanteos, ni caricias, ni viajes, ni risas, ni mariquillas, ni sonrisas, ni patios, ni baños árabes, ni azahar, ni abrazos, ni besos, ni miles de cosas más. Demasiadas cosas que olvidar para un hombre que se siente olvidado. Mi niña no tendrá un padre que le cuente batallitas y mi micrófono se quedó sin ilusión y los versos que me provocaban sus rizos quedaron ciegos de dolor. Hasta nunca amigos/as. Se acabó el dolor consciente.
1 comentario:
Pos estamos buenos, caballero akaputtao....
Vd olvidandose de todo ,y una, servilleta de muchos blogs, refugiada en la selva lacandona superando unas miserables fiebres.
¡¡No se rinda , por favor.!!
Escuchar a la Tristeza no puede bastar para que experimentemos una situacion entera de dolor .
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