Condenado, sí, condenado. Condenado a tu ausencia y a las presencias ausentes. Condenado a los recuerdos y a los acuerdos. Condenado, sí. Condenado a tus cadenas y encadenado a tus aromas. Condenado, sí. A tus colores condenado, condenado a mis incoloras noches. Condenado, sí.
Condenado a tu ausente música y a mi insonora canción. Condenado, sí. Condenado a mis letras sin música. Condenado, sí.
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