miércoles, 5 de marzo de 2014

Déjame...

Déjame cabalgar tus olas de sudor, navegar en tu desatada tormenta. Déjame domeñar tu agitada ansiedad, aprovechando tu loco respirar. Déjame descansar en tu vientre, al pairo, disfrutando de alguna que otra onda provocada por el tu ahora sereno soñar. Déjame fondear en tu salada piel, mientras espero un nuevo amanecer de tus ojos. Déjame ser el marinero de tus besos, anclado a tus mareas. Déjame ser el presente de tu futuro…

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