No crecen las flores en mi
jardín, por más que lo intento.
A diario trato de mimar la tierra, con sus riegos y
abonos,
pero no hay manera, se ve que soy mal jardinero.
Pese a ello, jamás me daré por vencido. Puede que nunca
saboree la fragancia de las flores, pero la tierra
quedará,
siempre, sembrada de amor, de mi amor por las flores…
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