Camino
desnortado, viendo sin ver. Imagino que los árboles del camino me
observan al pasar, pero yo a ellos no los veo. Siento mis pasos pese
a que no huellean. No sé si avanzo o retrocedo. A veces el horizonte
se queda atrás, otras muere en mis ojos, cansados de tanto no ver.
Mis oídos también tratan de ocultarse de las voces insonoras. Mis
manos son las únicas que me abrazan cuando siento el frío del
silencio. Y ahí ando, desorientado, pero caminando. Perdido en tus
ojos.
sábado, 23 de julio de 2016
lunes, 4 de julio de 2016
Azahar de los Azules...
Con
viento frío, al poniente,
canta
el gallo, poseyente,
despierta
el recuerdo, obligado.
Cerca
se intuye el sonoro mar,
a
un cigarrillo de camino,
mi
vida y, con seguridad, mi destino,
olas
sobre las que cabalgar.
¿Por
qué el mar acarrea tantas memorias
y
se lleva tan pocas?
¿Por
qué rompen en las rocas
tantas
y tantas historias?
¿Quién
se dedica a mandar mensajes?
mensajes
sin papel ni botella,
esos
que el viento en tu cara estrella,
esos
que rugen entre los oleajes.
Fruto
de Hermes y Afrodita,
el
mar, la mar, marineros de almas bravas
colores
y aromas, túnidos de almadrabas,
su
orilla, escaparate de aguas bendita.
Cambia
el mar sus azules
con
la explosión del azahar.
Eolo
se empeña en las letras alterar
y
las hace Zahara de los Atunes.
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