sábado, 2 de marzo de 2019

Despeñándome...

Y aunque pensaba que estaba seguro en mi atalaya
visto está que no era así. Tengo miedo, mucho.
Me dije que tenía que enfrentarme al fracaso, aun
desarmado. Me tiemblan las palabras en los dedos
y mi voz suena con estruendoso silencio. 
Llega la noche y aún sigue brillando el azul del cielo, 
me sonríe, me provoca, me invita a soñar...
¡Lánzate! Me grita en silencio, y yo sigo aterrado,
abrazado a una incierta ilusión. Con un miedo cerval,
cerré los ojos, y me lancé al negro vacío con la
esperanza de encontrármelo lleno de claridad.
Sigo cayendo a velocidad de viento descuernacabras,
esto no se acaba, no tiende fondo, mas ya no hay
vuelta atrás, es seguro que me estrellaré al final.
Cierro los ojos y me echo a morir, curiosamente al
cerrarlos se me enciende un sueño. Oigo una sonrisa
cautivadora que no sé en qué idioma, me decía:
Eres atrevido y osado pero sigue soñando, ese
es tu premio. Y aquí sigo, despeñándome...

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