Tus besos, el sabor de la carne. Tú, perfume inolvidable, la tentación prohibida, tu sonrisa enredada en mi lengua, tu voz encendida en mis labios... Tú, sabor a tú, gominolas de colores. El camino a tu cuello, el aroma de nuestras sudadas pieles, sonrisa y mirada, juntas; tus muerditos en mi boca, miel... vino y besos... y que se pare el reloj.
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