A veces paseo por mi casa y, a voces, siento a los ausentes.
A veces me siento en su sillón y, a voces, siento su respirar.
A veces siento su matutina cantinela y, a voces, siento su Olivetti.
A veces pienso sus labios y, a voces, muerdo su voz.
A veces entro en su cuarto y, a voces oigo su risa.
A veces recuerdo sus gafas y, a voces, oigo su mano.
A veces sueño su despertar y, a voces, beso su ternura.
A veces huelo su piel y, a voces, llamo a su puerta.
A veces me pierdo y, a voces, me atrapan sus recuerdos.
A veces muero y, a voces, me resucitan.
A veces sus besos son baladas y, a voces, puro blues.
A veces se abre el libro y, a voces lo tengo que cerrar.
A veces…
A voces...
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