A
veces, y digo a veces, en la oscuridad de la noche paseo por mi bujío
como si yo ya no fuera. Observo mis muebles callados, llenos de
polvo. El cuarto de la radio en silencio, con las arañas
columpiándose en sus telas. El lugar donde escribo sin luz, con mis
lápices apagados. La cama triste y fría. Demasiados recuerdos
huérfanos. Ya mismo todo esto desaparecerá, no quedarán huellas de
mi paso, ni siquiera las manchas de sangre de los mosquitos en las
paredes. No fue fácil la vida, pero la viví. Amanece café silente,
one more time...
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