viernes, 25 de noviembre de 2011

Quijotesco soy.

Al igual que el amigo Alonso Quijano mi vida ha sido quijotesca. Me dediqué a luchar contra gigantes molinos y toda clase de injusticias. Todo por tratar de conquistar y proteger a mi Dulcinea. Me llevé gran parte de los palos ofrecidos por las circunstancias. Ni él ni yo estábamos locos, aunque ambos leyéramos en demasía. Tampoco nos volvió locos los golpes recibidos. Nos volvió locos la emperatriz de La Mancha. Toda nuestra lucha fue gratuita. Lo que no cuenta la historia es el verdadero final. Yo me quedé con la mancha, Sancho perdió la panza y se hizo amante de Dulcinea. Menos mal que al menos me queda Rocinante.
Fdo.: El caballero de la triste cordura.

Entre demasiados entres

Entre el corazón y la razón,
entre la vida y la muerte,
entre el acá y el más allá.
Entre ilusión e iluso,
entre pasión y pasional,
entre demasiados entres.

Maximum pudor

Rojo de vergüenza y a la vez con la cara blanca.

martes, 15 de noviembre de 2011

Cinco ya

Cinco meses hacen ya que me caí de tu nido, y, aunque el llanto es amargo y me hace naufragar en mis propias lágrimas, son lágrimas estériles ya que ningún pájaro pudo volver jamás al nido del que cayó.
Pelelito es Charlie de nuevo.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Lázaro...

La muerte de un amor es como la muerte de una persona amada. Deja la misma aflicción, el mismo vacío, la misma negativa a resignarse a ese vacío. Aun cuando la hayas esperado, causado, deseado por autodefensa o sentido común o necesidad de libertad, cuando llega te sientes inválido. Mutilado. Te parece que te has quedado con un solo ojo, un solo oído, un solo pulmón, un solo brazo, una sola pierna, el cerebro demediado y no cesas de invocar la mitad perdida de ti mismo, aquel o aquella con quien te sentías entero. Al hacerlo no recuerdas siquiera sus culpas, los tormentos que te causó, los sufrimientos que te impuso. La nostalgia te entrega el recuerdo de una persona apreciable, o mejor dicho, extraordinaria, de un tesoro único en el mundo y de nada sirve decirse que eso es una ofensa a la lógica, un insulto a la inteligencia, masoquismo. En el amor la lógica no sirve, la inteligencia no ayuda y el masoquismo alcanza cimas de psiquiatras. Después, poco a poco, se te pasa. Acasosin que seas consciente de ello, la aflicción disminuye, se extingue, el vacío se reduce y la negativa a resignarte a él desaparece. Te das cuenta por fin de que el objeto de tu amor no era una persona apreciable o, mejor dicho, extraordinaria ni un tesoro único en el mundo. Lo sustituyes por otra mitad o supuesta mita de ti mismo y por un determinado periodo de tiempo recuperas tu integridad. Pero en alma queda una cicatriz que la afea, un cardenal negro que la desfigura y comprendes que ya no eres aquel o aquella que eras antes del duelo. Tu energía se ha debilitado, tu curiosidad se ha reducido y tu confianza en el futuro se ha extinguido porque has descubierto que has desperdiciado un trozo importante de existencia que nadie reembolsará. Ésa es la razón por la que, aun cuando un amor esté consumiéndose sin remedio, lo cuidas y te esfuerzas en curarlo. Ésa es la razón por la que aun cuando agonice en estado de coma, intentas retrazar el instante en que exhalará el último suspiro y le suplicas que viva un día más, una hora más, un minuto más. Ésa es la razón por la que, por último, aun cuando deja de respirar, vacilas en enterrarlo o incluso intentas resucitarlo.
¡¡¡Lázaro, levántate y anda!!!

lunes, 7 de noviembre de 2011

jueves, 3 de noviembre de 2011

A veces...

A veces, cuando digo que estoy bien sólo quiero que alguien me mire a los ojos, me abrace fuerte y me diga:
YO SÉ QUE NO.

martes, 1 de noviembre de 2011

Otoño

Llegó el otoño a mi otoñal camino. Cayeron las hojas de mis escritos pero el viento no pudo llevarse los sentimientos plasmados en ellos. Llegan los fríos a Las Asomadillas pero un hálito de tus manos aún calientan las mías. Pasará el otoño y el resto de las estaciones pero yo no emigraré nunca, quedaré aferrado al alféizar de la sonrisa de tus ojos.