lunes, 24 de octubre de 2011

martes, 18 de octubre de 2011

Me encanta navegar

El mar me llama y a mí, me encanta navegar. Mi vida siempre giró en torno al mar. Ya me cansé de ser marinero en tierra y quiero que me lleven al mar. Necesito un mar embravecido que me lleve por el mundo, lejos de esa tierra que tanto me duele. No quiero quedar en el fondo marino, no, quiero seguir buscando un destino sin tanto dolor. Pasear con la acedía y el calamar, que me saluden los pesqueros al pasar. Sí, aunque mi corazón queda prisionero en tierra, el resto de mi yo quiere navegar. Algún día puede que ella en un velero me navegue y un golpe de mar la cara le llegue a salpicar. Trataré que en esas salinas lágrimas no se mezclen ni una parte de mí. Ese es parte de mi sueño, que ella me navegue y yo la mar navegar. La mar me llama y estoy deseando navegar.

sábado, 15 de octubre de 2011

Suma y sigue

Ya han pasado cuatro meses. Cuatro meses de continuas reparaciones. Mi casa va mejorando por momentos pero sigue sin sabor, vacía de hogareños sonidos. Mucho color pero cada vez menos calor. Llegará el momento es que esté bonita, de escaparate, pero los escaparates no tienen vida. Son para mostrar al público con la idea de que cada cual le ponga sus historias. Curiosamente esta casa nunca tuvo historia, o tuvo poquísima. Pasará al futuro conocida como la cárcel triste del presente ausente o como la del ausente presente. Sí, cuatro meses ya. Cuatro meses de silenciosos recuerdos que no son de este mundo. Esta casa huele a pintura, que no a sus pinturas. No huele a champú o detergente, huele a soledad deprimente. Sí, cuatro meses ya, acompañado sólo de vívidas imágenes, cada vez más lejanas en el tiempo.

sábado, 1 de octubre de 2011

Dolor

Me hieren tus silencios,
me lastiman tus oídos,
me hunden tus ojos,
me hielan tus labios,
me pierde tu piel.
Aún así, quisiera navegarte.