viernes, 24 de julio de 2009

Tres meses ya, tres, sufriendo tu cercana ausencia y su lejana presencia. Ando cada vez más triste y desolado. La luz que siempre me acompañó lleva bastante apagada. Cada vez más desnudo y hambriento pero también cada vez con menos apetito. No sólo duele el dolor, también duele el olor. El aroma de una flor y el color de una sonrisa. Ya no me queda quién me ria mis cosas, sólo dolor por doquier.
¡Os echo tanto de menos!

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