domingo, 3 de julio de 2011

Te espero...

En estas noches de muebles extraños. En esta casa de ya tan largas ausencias. Aquí donde no oigo sus trasteos en la cocina ni el teclear de sus nerviosos dedos ni a mis niñas con sus cánticos jugar. Sí, aquí es donde vuestras prolongadas ausenciaschacen cada vez más fútil mi presencia. ¿Será así la muerte y la reencarnación? ¿Será por eso que el muerto está presente y es el vivo el ausente? No lo sé, sólo sé que me está matando esta situación, pero ¿se puede rematar a un muerto?

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