domingo, 28 de agosto de 2011
viernes, 26 de agosto de 2011
jueves, 25 de agosto de 2011
Feliz día, espero.
domingo, 21 de agosto de 2011
Juan Sin Miedo?
Si yo fuera Juan Sin Miedo y además fuera honesto conmigo mismo, debería cambiar mi nombre por el de Miedo Sin Juan.
sábado, 20 de agosto de 2011
viernes, 19 de agosto de 2011
A la venta ya mismo, a primeros de septiembre
lunes, 15 de agosto de 2011
Demasiado tiempo
Demasiado tiempo llevo perdido preparando la maleta. Pero es que no sé si en mi nuevo destino hará frío o calor, ni siquiera sé si debo llevar ropa. Con los recuerdos me pasa igual, no sé cuales escoger, ni siquiera sé si podré conservarlos o me serán prohibidos. Dudas y más dudas sobre mi nuevo destino. ¿Por qué me tengo que mudar, por qué? Puede que en esta ciudad no haya sido feliz pero en ella están las personas que amo y yo no quiero partir. Es posible que en mi nuevo destino incluso me cruce con antiguas amistades o amores, sí, es posible. Mas lo que yo amo está en esta ciudad. ¿Qué zapatos escoger, los de ciudad o unas simples chanclas playeras? Es complicado partir ligero de equipaje. Más complicado aún entender a estas alturas de la vida, o de la muerte, si me dijeron andén 4 o vía 4. Todo es confusión. Siempre inicié mis viajes sin equipaje por esto mismo, mi indecisión al escoger. Estoy acostumbrado a empezar de cero. Creo que esta vez, una vez más, mi equipaje quedará inconcluso encima de una borrosa cama. Ni siquiera llevaré mi agenda, ¿para qué?, alguien me dijo que en esa ciudad no existen ni teléfonos ni correos. Toca partir ya a esa ciudad donde nada más llegar te mueren la voz. Sólo le pido a los dioses un favor, que me mueran también los oídos, que me mueran el corazón, qué me rematen a base de bien cualquier sentido que me pudiera traicionar. Desisto, me iré con lo puesto, que no es poco. Creo que mi maleta merece el descanso mucho más que yo.
jueves, 4 de agosto de 2011
martes, 2 de agosto de 2011
Inmenso el mar que nos separa
Inmenso mar el que nos separa. Un mar encrespado, de millones de lágrimas lleno. Un mar habitado por extraños y diabólicos seres rebosando resabio y malas artes. No sé qué haces tú pero yo por su orilla paseo a todas horas. Al amanecer para otear el horizonte en busca de alguna señal tuya. En los atardeceres, buscando el color del sol que promete que mañana nacerá una nueva esperanza. De tanta pena y malos rollos el mar se convirtió en insalvable océano. Yo, pese a venirme abajo miles de veces, muchas más me digo que merece la pena tu amor y, por muy bravo que esté ese mar, me lanzaré a cruzarlo en una humilde carabela emulando al marino genovés. Sólo una cosa me diferencia de él, él descubrió un nuevo mundo tras dura batalla con el mar. Yo lucharé con una mar mucho más canalla si cabe y no espero encontrar un mundo nuevo. Mi sueño es encontrar el mundo que perdí, tu mundo, nuestro mundo.
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