Quiero desde aquí hacer, una vez más, defensa de nuestro querido idioma, EL ESPAÑOL. A partir de ahora no diré jamás que me encantaría navegar entre tus ingles. No, desde ya, te navegaré de manera inguinal, que para eso somos latinos y nacimos con el pecado inguinal. Lo de las ingles se lo dejamos a los hijos de la gran bretaña. Esto es España. DOY FE.
(Es lo único que me queda)
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