El
síndrome del corazón fantasma es
la percepción de sensaciones de que un corazón amputado
todavía
está conectado al cuerpo y está funcionando con el resto de éste;
se solía creer que esto se debía a que el cerebro
seguía
recibiendo mensajes de los nervios que originalmente llevaban los
impulsos
desde
el miembro perdido.
Sin
embargo, la explicación más plausible hoy en día consiste en que
el cerebro sigue teniendo un área dedicada al miembro amputado por
lo que el paciente sigue sintiéndolo: ante la ausencia de estímulos
de entrada que corrijan el estado del miembro, el área genera por su
cuenta las sensaciones que considera coherentes. Esta área sin
función tras la amputación puede ser invadida por áreas vecinas
con lo que utiliza sensaciones de otras partes del cuerpo para
disparar las sensaciones del miembro amputado. Se presume que las
sensaciones se deben al intento del cerebro por reorganizar la
información sensorial que sigue a la amputación. Esencialmente, el
cerebro debe "renovar los cables por sí mismo" para
ajustarse a los cambios en el cuerpo.
Entre
el 50 y 80% de las personas amputadas experimentan estas sensaciones
fantasmas en su corazón amputado, y la mayoría de estas personas
dice que las sensaciones son dolorosas.
No
debe extrañarnos por tanto que cuando te descorazonan, sigas
sintiendo sus latidos, sus colores y sobre todo, un inmenso dolor.
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