domingo, 30 de agosto de 2020

Mi amigo Manué...


Cetrero, certero y cuatrero de sonrisas. Amante de la Naturaleza, domador de huertos. Artista autodidacta entre fogones, pintor de cristales y del Madrid forofo. Toda su fortuna la guarda en el mismo banco, el que tiene a la entrada de su casa, donde salta, en un pispás, la buena tertulia. Tan feliz con una loncha de jamón como con una rodaje de tomate, pero que no falte nunca algo para mojar el gaznate. Qué tendrás Manué que hasta los animales salvajes buscan refugio bajo tus protectoras alas. Amas la libertad al punto de compartirla. No le debes pleitesía a nadie y tampoco dejas que te la deban a ti. Te gusta vestir con simpleza pero para tus sentimientos siempre calzas la mejor pieza, al voleo te vistes y te desnudas. Manué loco y reloco, sarcástico y mordaz, inteligente y raro. El rey del aro aro... Moneda de una sola cara, la que se ve. Te admiro y te aprecio porque te muestras sin ambages tal como eres. Sólo decir, que el que no quiere ar Manué, ¡No quiere a su mare!

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