Apenas nos dimos 1.273 besos durante nuestra corta relación, algunos lentos, algunos apasionados. Ella colonizó mis sueños y yo no okupé su corazón. Siento la cama demasiado fría, el lápiz candente, un lápiz diabólico que se afila con el uso y escribe desbocado lo que a él le da la gana. A diario la pienso, con su cara pizpireta y alguna que otra reprimida tristeza. Ama el sol y el mar, el silencio de la arena. Nunca fue Jani, es ella, simple y eterna en mente...
No hay comentarios:
Publicar un comentario