Esta madrugada, aún en la cama, traté de escribir un berso a oscuras. Fue imposible. Al encender la luz, me di cuenta que el papel estaba pintarrajeado de carmín. Asombrado, me giré y miré a mi mujer. Tenía escrito un verso en los labios y sonreía. Aún medio dormida me dijo:
- Sigue escribiéndome pero no hagas mucho ruido, aún tengo sueño.
Acto seguido me bersó y siguió durmiendo...
1 comentario:
¡¡¡PRECIOSO!!!
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