Jamás podrás ver con mis ojos y, aunque te los donara, jamás podrás sentir con mi corazón lo que vieras... en cambio, si quieres, te puedo prestar mis gastados zapatos, así sabrás si ando cómodo o, simplemente, si tengo frío. De todas maneras te advierto que podrás seguir con ellos caminando, mas no vivir lo caminado por mí... Mis gastados zapatos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario