martes, 18 de noviembre de 2008

Permítame la licencia, D. Antonio

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es recordar,
recordar esos recuerdos
que te invaden desde el mar.
Nunca perseguí la memoria,
ni en ella recuerdos dejar.
Yo amo los recuerdos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la memoria,
ella me persigue a mí.
Caminante, el recuerdo
no es el camino;
caminante, no hay recuerdos,
se hacen recuerdos al recordar.
Al recordar se hace memoria
y al volver la vista atrás
se ven los recuerdos que has
de empezar a olvidar.
Caminante, no sólo hay recuerdos
también hay cosas que olvidar.
Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los recuerdos se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar:
“Caminante, no hay recuerdos,
se hacen recuerdos al recordar”
Golpe a golpe, beso a beso...
Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un recuerdo dañino.
Al alejarse le vieron llorar.
"Caminante no hay memoria,
se hace memoria al recordar..."
Golpe a golpe, beso a beso...
Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve recordar.
"Caminante no sólo hay recuerdos,
también hay cosas que olvidar..."

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por tu ayuda e implicación en las actividades del CAPI de Moreras.

Anónimo dijo...

No, no podemos olvidar nuestros recuerdos, ellos son nuestro pasado. Y no hay un presente sin un pasado.
Hemos de aprender a convivir con ellos, eso sí superando los posibles traumas que nos hayan causado en otro tiempo; tiempo que ya ha de pertenecer al pasado.
Pero nunca olvidarlos, SON NUESTRA VIDA, nuestro patrimonio más sagrado e íntimo, el que nadie nos puede arrebatar nunca.
Y si en ocasiones nos hacen llorar, pues a llorar que también es sano.
¿Pensabas que sólo tú dices tonterías?