domingo, 2 de noviembre de 2008

Mamma mía

Hace ya tiempo, mucho tiempo, que no oigo tu escandaloso dormitar. También que mis labios no dicén Mamá. Más mi corazón lo grita sin cesar. Eres muy grande para poderte olvidar.
Más que a tus palabras, echo de menos nuestros largos silencios, pendientes solamente de nuestro acompasado respirar. Yo controlaba tus ronquidos y tú mi bienestar. Casi nunca te dije TE QUIERO porque tú lo sabías ya. Ahora he comprendido que también lo necesitamos escuchar. Yo a diario te lo grito y espero que lo puedas sentir, pues aunque yo esté lejos, mi corazón sigue estando ahí.
Sabes que tengo problemas para dormir, cuando dormía a tu lado porque vigilaba tu sueño, ahora porque estoy lejos de ti. No sufras por mí , pues yo estoy contento. Aquí soy libre. Como quiera que sea que estoy aprendiendo a ser sincero, cada vez me cuesta menos decirte TE QUIERO. Una vez más:
¡CUÁNTO TE QUIERO!

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