domingo, 2 de noviembre de 2008

Tierra, trágame



Cuatro de Enero del 2003. Sábado. La Primera, Informe Semanal:

"A las madres etíopes, por la hambruna, se le agotan los pechos"

"Los bebés no tienen nada que mamar, sus madres les dan puñados de tierra para hacerles callar el hambre" (Tierra, trágame).

Yo como tres o cuatro veces al día, tengo cama limpia y muchas cosas. Esos niños han sido condenados a muerte, sin derecho siquiera a una última comida, condenados a morir sin ni siquiera haber vivido (Tierra, trágame).

Cuando pasen doscientos años, una comunidad de eminentes arqueólogos descubrirán, por casualidad, unas tumbas etíopes. Gastarán millones de dólares en averiguar, con caras técnicas, que los cadáveres pertenecían a recién nacidos. Todos con la singularidad de haber muerto tras ingerir tierra en grandes cantidades. Ante una falta lógica de respuesta a semejante holocausto llegarán a la conclusión de que pertenecían a una tribu de salvajes que sacrificaban a sus bebés para que los dioses acabaran con la sequía (Tierra, trágame).

Yo me pregunto: ¿por qué no invierten esos dólares en acabar con el martirio de tanto inocente? No entiendo nada. Los hombres juegan a ser dioses mientras los verdaderos nos miran muertos de risa. No sé cómo, pero yo voy a protestar, de hecho estas líneas son para mostrar mi inconformismo. Seguiré luchando por un mundo más equitativo. Me consta que ellos lo sabrán.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo me uno a tu protesta, aunque no sirva de mucho.