Hoy he descubierto de nuevo que sigo solo en mi caminar. Quizás he de reconocer de una vez que el camino he de hacerlo a solas. He de acostumbrarme a vivir con la compañía, no siempre ingrata, de mis fantasmas. Ellos me complementan como quizás yo también sea parte de ellos. Me pregunto a diario que para qué me dedico a escribir, o para quién. La verdad es que no lo sé, aunque imagino que sólo escribo por y para mí. Por mucha gente que se arrime a mí yo seguiré solo. Fiel únicamente a mí mismo. No podré a estas alturas compartir mis sueños con nadie porque nadie podrá nunca entenderlos. Mis sueños son creados en mi mente y sólo mi mente está diseñada para descifrarlos. No hay nadie en el mundo tan loco como para comprender mi diabólica mente que trabaja a más de mil por hora. No he conocido hasta hora a nadie que pueda seguir mi ritmo mental. Necesito crear constantemente, no tengo tiempo para recrearme con mis cosas ni mucho menos para explicarle mis "hazañas mentales" a los demás. Posiblemente penséis que soy un ególatra totalmente desequilibrado. ¡Ojalá fuese cierto! ¡Qué más quisiera yo! Ojalá pudiera refugiarme en la locura, pero no, estoy demasiado cuerdo. Mucha gente me mira pero nadie me ve. No culpo a nadie, trato de que no me vean. Por favor, no os ofendáis por estas palabras, no serviría para nada. Mejor es que sigáis como hasta ahora. Seguid ahí entre las sombras. Me gustaría que mi vida siguiera como la de los actores en un teatro. Saben que hay público pero no lo ven porque la luz apunta hacia ellos y los expectadores permanecen a oscuras. Una última cosa. Si alguien lee esto y lo entiende ya habrá encontrado al loco que buscaban.
No hay comentarios:
Publicar un comentario