Aquí no encontrarás flores de colores, y si las hubiera olerían a soledad, olvido e hipocresía. No le tengo miedo a la muerte, sólo miedo a mi propia debilidad. Miedo de que la incertidumbre en la que vivo, esa constante tensión entre esperanza y abatimiento, pueda debilitarme y hacerme caer en manos de ese miedo a la muerte que tanto temo.Tantas cosas he perdido ya que me veo condenado a vivir en una continua soledad. Camino en mi noche esperando el alba, mas éste no llega. Temo que la noche se haga eterna sin tener la oportunidad de ver la luz alguna vez. Todo esto sucede en esta andadura desflecada en el suplicio, esta avería en los sentidos como acuarela de sombras y martirio. Y siempre acompañado de la eterna pregunta:
¿Por qué pierdo todo menos mi traicionera memoria?
2 comentarios:
Trata de no perder lo que tienes hoy, porque será lo que mañana añores.
Con la puerta cerrada nunca verás la luz que anhelas, hay que abrir el alma y dejar pasar sus rayos.
Lo malo es que cada vez que dejo la puerta se me escapa algo más. Salvando las distancias, es como la Gran Muralla china. No se construyó para evitar que nadie entrara, al contrario, se hizo para que nadie saliera.
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