Permitidme
unas palabras para hablaros de algo que he experimentado esta semana.
Mucho se habla, y poco se entiende, sobre cómo se sienten las
personas que tienen alguna discapacidad. En este caso me refiero a
las personas problemas auditivos y a la importancia del Lenguaje de
Signos. He convivido con unas cuarenta personas sordas, de ambas
sexos, con edades comprendidas entre los diez años y las coetáneas.
Convivir con tantas personas sordas hacen que yo, siendo oyente, sea
el verdadero sordo. Ellos se entienden a la perfección en Lengua de
Signos Española (L.S.E.), mas yo apenas me enteraba de nada. Tenía
que poner especial atención para vocalizar bien y despacio. Había
gente sorda de nacimiento, otros oían algo a través de audífonos o
implantes cocleares.
Con
el interés de todos conseguíamos entendernos bastante, al punto de
poder contarnos chistes o hacer juegos. Sólo era cuestión de poner
ganas y atención. Realmente este es el lenguaje inclusivo verdadero.
En España hay actualmente más de 1.100.000 personas sordas, que se
sepa… A saber cuántas más hay no censadas.
Había
niños que parecían vivir siempre enfadados, esos niños que, aparte
de los problemas familiares y físicos, no se sentían comprendidos
por otros niños ya que es frustrante no poder oír ni expresarse.
Apenas les dedicaba unos minutos de atención conseguías sacarle
unas sonrisas encantadoras.
Anoche
me despedí de ellos, hasta la próxima, en el lenguaje más
inclusivo y universal que hay, EL ABRAZO. El abrazo de verdad, el
lento y sentido, el que te hace sentirte abrazado abrazando.
He
vuelto a casa mucho más sensibilizado que antes y prometo aprender
L.S.E. ya que no deja de ser un idioma más y encima yo también me
estoy quedando sordo.
Eternamente
agradecido a los voluntarios de Comunicados y a todos y cada uno de
los participantes del IV CAMPAMENTO INTERNACIONAL DE SURF EN LENGUA
DE SIGNOS.
Álvaro
Caputto Ruiz