“Mensajes de amor”
Son las veinte horas de este agonizante viernes. Estoy mirando al cielo por mi abierta ventana. Mientras siento el frío viento en la cara le digo a éste que os lleve mis mudos tequieros. Más tarde ese mismo viento trae cargadas nubes y le digo a éstas que os lleve mis buenos deseos. Al poco las nubes dejan caer la furiosa lluvia que arrastra mis anheladas lágrimas de satisfacción hacia el río que va a desembocar allí, junto a vuestro hogar.
Mañana cuando salga el sol, le pediré que os acaricie cuando paseéis por la playa. Por todo esto os pido, hijas mías, que no maldigáis al viento ni a los nublados, ni a la lluvia ni al sol, pues son mensajeros míos que van a veros para deciros que vuestro padre os quiere con los cinco sentíos.
Mañana cuando salga el sol, le pediré que os acaricie cuando paseéis por la playa. Por todo esto os pido, hijas mías, que no maldigáis al viento ni a los nublados, ni a la lluvia ni al sol, pues son mensajeros míos que van a veros para deciros que vuestro padre os quiere con los cinco sentíos.
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