Hoy hace un año que nuestra Siomara trata de andar sola. Está llena de rasguños y golpes por sus muchas caídas. Caídas de las que se levanta, siempre con una sonrisa, de la mano de su madre y mía. Su curiosidad hace que se vea en situaciones complicadas. Lo mismo se sube a un árbol que se mete sola en el mar. Impresiona sus ganas por conocer. No te asustes nunca, niña mía, pronto llegará el día en que puedas caminar con total seguridad. Y no olvides nunca que hasta los mayores nos caemos alguna vez. Lo importante es que seas capaz de levantarte de nuevo y reirte de tu propia torpeza.
¡Ánimo niña, no te rindas!
¡Ánimo niña, no te rindas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario