miércoles, 11 de enero de 2012

Escaqueado

Durante un tiempo fui rey, un rey que perdió a su reina a caballo escaqueado. También perdí los alfiles y bastantes peones. Ahora, con lo pocos que me quedaron, trato de levantar mi torre. Una vez conseguido, me atalayaré en ella y cada día veré un nuevo Sol Radiante y trataré que las noches, aun no siendo ya rey, sean las sonámbulas reinas de mis sueños. Sin rey, escaqueado, pero no destronado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sí, me gustan esas palabras que le brotan desde el hondo conocimiento.. y pensaba al leerle que la literatura debería extenderse bajo receta médica. Hasta un cosquilleo inexplicable te recorre por dentro cuando se lee algo bueno.
La belleza escrita tiene un extraño poder curativo que disuelve y mitiga los tintes meláncolicos.
Ni se le ocurra reirse porque hablo en serio y luego me kabreo.
Buscando respuestas al hecho de escribir me doy cuenta de que leer no sirve para lo mismo que la escritura. Cuando leemos los" problemas" se reconocen porque conectamos con las frases que el autor ha formulado . Cuando se escribe , todo el esfuerzo por ordenar la mente ,por formular y estructurar el pensamiento prevalece por encima del problema en sí.
Andaba con la poesía de un desconocido Bozalongo que dice así:
" Si dejas que te invada
el sentimiento erróneo
de que cualquier pasado condiciona
lo que está por venir,
conseguirás tan sólo que crujan sin remedio
las articulaciones del futuro,
que la herrumbre se instale como un hielo
nublando tu mirada."
¿ No le parece este poeta un telépata que ha conectado con las respuestas que buscabamos?