martes, 17 de abril de 2012

Pese a...

Pese al traje, busco quien entienda mi locura y no pretenda cambiarla. Si no os vais a quedar, lleváos vuestras mariposas. Muchos me miran  pero pocos me ven. El verdadero traje lo llevo debajo del uniforme de guerra, mi piel. La tengo minada de poros sangrantes. Tatuada de su sudor por todos lados. Cuando me veo desnudo, veo mi mejor traje. Mi traje de cuero sólo necesita  que lo abracen.
¡Abotóname tus manos a la espalda!

1 comentario:

Ola dijo...

¡ Qué bonito escribe este señor!

Querer cambiar a una persona , querer que sea como no es , además de innoble es un imposible.
Todo lo más a que se puede aspirar es a influirse mutuamente , a adaptarse o a darse apoyo .
Lo mismo que digo una cosa , digo otra :
Pretender ser aceptados siempre y por todo en nombre de la propia singularidad exige un sacrificio continuado por una de las partes dificilmente asumible .
Otro imposible , claro.